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¿En la red o en-redado?


¿Cuántos likes has recibido el día de hoy?

¿Hace cuántos minutos no revisas tus notificaciones? ¿Cuántas fotos tomaste antes de instagramear la “buena”? ¿Cuántos retweets has hecho durante el día? Mejor aún, dime… ¿Cuántas palomitas azules o “visto” te han aparecido el día de hoy? Esas preguntas las podrían responder sin dificultad la mayoría de las personas de las cuales, un gran porcentaje son padres y madres de familia de pequeños menores de 3 años, edad en la que un bebé transita a la etapa infantil.

Si bien las redes sociales son indiscutiblemente entretenidas, también son un arma de doble filo pues la parte “social” se genera únicamente con el aparato frente a nosotros, dejando pasar momentos irrepetibles al colocar nuestra atención y mirada a la pantalla del “smartphone” pues todo desaparece; incluso de lejos puede sonar el eco de una voz diciendo “¡Mamá, mira!”, “ ¿Jugamos?”... Transformándose en un sonido conocido pero distante.

Al proporcionarle a nuestros hijos un aparato similar al nuestro, les generamos la idea y ejemplo de “en-redarse” como nosotros en busca de algo (sin saber exactamente qué) que nos entretenga y que nos distrae y roba tiempo en el que podríamos adentrarnos en sus cosas, en sus anhelos y en conocer mejor sus personalidades. Además, fomentamos el deseo por adquirir lo último en tecnología y moda para reflejar un “status” superior supliendo otros aspectos de nuestra vida como el conocimiento, desarrollo y control de emociones propias y ajenas, poca tolerancia a la frustración y constante deseo de inmediatez para obtener lo que se quiere provocando de este modo que los pequeños no logren expresar sentimientos o conflictos de manera adecuada, confundiendo el publicar un problema en redes sociales, con el desarrollo de herramientas sociales y cognitivas para confrontarlo en vivo.

Soltemos el celular, apaguemos la TV y dejemos en “visto” al amigo que nos requiere y absorbe las 24 horas. Subamos la mirada y platiquemos “niñerías” conozcamos un poco todos los días a aquel que de verdad necesita un “me gusta”. Apostemos por saber equilibrar y administrar el valor de esta y de todas las etapas de nuestra vida en familia. Esos días no vuelven, ese tiempo concluye rápido y aquel pequeño con la cara llena de chocolate el día que tú reúnas el doble de “amigos” o “solicitudes”, ya no te pedirá la mano para cruzar la calle. Dediquemos un momento al día para él, que sea su tiempo y que sea exclusivo para ambos a través de un pacto que le brinde seguridad y confianza al pequeño y sabrá que su papá o mamá están ahí, a pesar de tener cosas pendientes.

La calidad no tiene nada que ver con la cantidad cuando de cariño y tiempo se trata. Formemos una familia integrada por gente que se manifieste de frente, viendo a los ojos y que la comunicación, aquella que es real, no dependa de tu “zona wi-fi”.

Atrevámonos a “en-redarnos” con aquellos que están al lado de nosotros, DES-ENRÉDATE” de la web y adéntrate al mundo real, al mundo de tu familia y, sobre todo, de los más pequeños de tu hogar.

Si deseas más información sobre la cantidad y calidad de tiempo y comunicación con tus hijos así como estrategias para mejorarla, asiste a nuestro taller ¿Con quién te conectas?

Mayor información en el siguiente link:

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